El Puntocuadrado

El Puntocuadrado

Os voy a contar un pequeño secreto. Así, en la intimidad y sin mucha difusión. La historia del Puntocuadrado empezó hace unos años. Cuando le conté a una buenamiga que iba a quedar con fulanito de tal. A esas alturas ya intuía que nuestros encuentros no acabarían en idilio, pero quería probar… Y reprobar. Es lo que tenemos algunas mujeres, que somos de lo más persistentes.

«¿OTRA última vez?», me tuve que oír. No le faltaba razón, la verdad. Entonces pensé que la culpa era mía, claro. Pero no sólo mía… También del punto.

Sí, sí. Habéis leído bien. Del punto. Del punto y final que ponemos a veces sin mucho convencimiento, cuando nos falta firmeza al decir Éstaserálaúltimavez. Ese punto y final es tan débil, tan traicionero… Se me ocurrió entonces, con mi buenamiga, que fallaba porque es redondo. Y que esas veces tan frágiles acaba girando, y rueda y rueda tanto, que acaba convirtiéndose en un punto y seguido.

Desde ese día de inspiración newtoniana, he cambiado de estrategia. Cuando le quiero poner un punto y final a algo, y no me acompaña la decisión, le pongo un Puntocuadrado. Este otro punto queda bien anclado, firme. Ya no se cae. Y la cosa en cuestión no se repite nunca jamás.

Probadlo, que funciona. Yo sólo lo desvelaré una vez, esta misma, que no es cuestión de airear demasiado los secretos propios, por muy pequeños y antideslizantes que sean. Puntocuadrado

 @annamurillo

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There are 2 comments for this article
  1. Tonita at 19:05

    Me ha gustado esto del punto cuadrado. No lo utilizaré en el amor pero sí en los propósitos. «Es la última vez que dejo sonar el despertador 15 veces…» por ejemplo. A er si funciona.

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