El Puntocuadrado
Os voy a contar un pequeño secreto. Así, en la intimidad y sin mucha difusión. La historia del Puntocuadrado empezó hace unos años. Cuando le conté a una buenamiga que iba a quedar con fulanito de tal. A esas alturas ya intuía que nuestros encuentros no acabarían en idilio, pero quería probar… Y reprobar. Es lo que tenemos algunas mujeres, que somos de lo más persistentes.
«¿OTRA última vez?», me tuve que oír. No le faltaba razón, la verdad. Entonces pensé que la culpa era mía, claro. Pero no sólo mía… También del punto.
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