Tiritas para el corazón
Una vez, pasando yo por un mal momento, una buenamiga me regaló una libreta y unas tiritas. La Moleskine era para ordenarme ideas y ver cómo reinventaba mi vida. Y, las tiritas, para curarme las penas del mientras tanto. Me pareció taaaan bonito. Que solté unas lagrimillas, claro. No es mucha novedad, porque suelo llorar por casitodo, pero esa vez -no me lo negaréis- tenía justificación.
Hoy, en mi casa, tengo un armario lleno de potingues y medicinas. Lo que más tengo, entre todo, son tiritas. De diferentes tamaños, colores y texturas.
La mayoría son para el cuerpo, otras para el alma. Porque cuando alguien cercano lo está pasando mal, hago como mi buenamiga: le regalo una libreta, unas tiritas… Y también unos Kleenex.
Porque para las lágrimas -lo digo como experta y doctorada cum laude en la materia- siempre mejor un pañuelo que un papel de libreta… por muy auténtica Moleskine que sea.
@annamurillo
solo la aceptación y alguna tirita te salvan del naufragio. Bien hecho Anita y Mar
Tiritas salvavidas, ¡siempre adelante!